POESÍA

Compartimos con nuestros lectores la segunda parte y final de la «Antología digital de Abstemios & Ascetas», una selección de los poemas publicados durante el 2020 en nuestra web. En esta ocasión, textos de Vicente Davanzo, Eduardo Farías, Alexandra García, Luis Herrera, Egor Mardones, Ignacio Morales y Giselle Valenzuela Mujica. 

Vicente Davanzo (Santiago, 1993). Licenciado en historia, músico y gestor cultural con experiencia en fomento lector y el desarrollo de proyectos artísticos. Se desempeñó como bajista de la banda nacional Novas, vigente entre 2013 y 2018, con dos producciones discográficas y numerosas presentaciones en vivo. Actualmente incursiona en la poesía. Link a todos los poemas.

MINERÍA


Todo es minería
¡Por Dios que todo es minería!
Me dijo mi padre una vez que todo
era minería:
El pan en la mesa,
La carne en el plato
millones de animales muertos cada día
son también minería.
El rascacielos que veo desde mi ventana,
su forma fálica violando la noche
Claro que es minería el metal
ardiente el cuerpo del metal
Y todo el circuito vibrante de vida mecánica
No es otra cosa
que una vil minería.
Mi cuerpo también es minería:
minería del universo en sus elementos
salidos de alguna estrella lejana
Donde seguro también practican
la minería.
Minería de mi madre y de mi padre
En un lejano noviembre del 92
Que hizo posible mi pasar
por este mundo minero y minado
Para practicar también la minería
Con tu cuerpo y el mío
Porque contigo es minería
Y sin ti también lo es.
Minería de mí mismo al extraer la veta
El origen de la rabia el miedo y la ansiedad
Brotando espeso:
A veces soy líquido
A veces sangro
A veces me apuro
A veces cuesta.
Pero la resistencia es placer
La abundancia es placer
El vacío es placer
Ser es placer
Y el placer es minería
Porque el todo y el origen de todo
No son más que minería


A SEBASTIÁN CASANOVA


Te diría Sebastián
Que llevas el ritmo en la sangre
Pero creo la verdad
Que la sangre corre a tu ritmo
Y en tu alma resuena
Toda la música del universo


II


 Qué vas escribiendo
compañera de bus
del largo viaje a Santiago
en tu libretita roja
Será acaso un secreto
será acaso un poema furtivo
como este que escribo en mi teléfono
porque no tengo luz
ni una libretita roja
Tan solo la inquietud
de saber que vamos escribiendo juntos
y pronto dormiremos cerca
como viejos amantes
Pero la verdad no te conozco
solo te veo escribir
En tu libretita roja
Y me pregunto qué vas escribiendo
compañera de bus
del largo viaje a Santiago


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Eduardo Farías (Santiago, Renca, 1985) Poeta. Repartidor del Sindicato número uno de canillitas anarquistas de la Librería Pedaleo. En 2013 autoedita Una cita al aire libre en el sello Gramaje Ediciones. Contra la patria: pequeña biblioteca de malos pensamientos (Oxímoron, 2019) es su última publicación. Con su identidad chilena, se dedica a la edición y a la investigación editorial: es editor de Gramaje Ediciones y ha autoeditado su proyecto de investigación sobre el copyright en Chile: Derechos (Gramaje Ediciones, 2018). Link a todos los poemas.

CUERDAS CORTADAS PARA BALDOMERO LILLO


como tengo lápiz y papel te lo digo de golpe:
este es chile y sus mendigos
con largo parentesco de llanto que
la lluvia amenaza


PATRONES Y PEONES 


casi dieciocho millones de fantasmas
y a la espalda está la gran bestia sagrada
de los patrones: la propiedad privada
arroja la patada feroz desde su automóvil
muertos caídos de lágrimas contra
el látigo sobre el hambre
que el pobre como es pobre se traga
y mientras más riqueza, más miseria
y el amo como un ratón enorme se come
el último pan, y el cabrón traidor
a su clase, la clase del pobrerío,
es un soplón y un matón
como el capataz es una presa:
los años macabros y salarios prefabricados para la miseria
le dan ansiedad y lástima a la ciudadanía derrotada
y degradada en el nombre del dios misericordioso
pateada con escándalo por los asesinos del país
en la moneda, los que emigran
para escarbar con el esqueleto la explotación humana


EL SENTIDO DEL DESTINO 


todo está hecho de sangre que gotea
incluso la libertad y la dignidad
que se conquistan a balazos


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Alexandra García (Santiago). Artista aficionada, integrante del Colectivo Puentes Amarillos con el cual presentó su poesía musicalizada en el Festival de Poesía y Música PMIII (2018). Bioquímica de profesión de la Universidad de Chile. Actualmente realiza un postgrado en Neurociencias en la Pontificia Universidad Católica. Link a todos los poemas.
EXTRANJERA


Desde las puntas de los dedos
hacia lo recóndito del alma
La pulpa misma de mi esencia

Cerré los ojos
para contemplarme desde afuera 
Reflejos indeterminados
infinitas proyecciones de mí misma
La insoportable indiferencia
en el pasar de las estaciones
acalambró mis sentidos

Extranjera
conversando conmigo misma
Espectadora cotidiana de un almuerzo en tercera persona

Diferentes lenguas y razas
cohabitan a diario el mismo recorrido 
Aun así ajenos, nómadas, errantes, 
hermanos de la rutina
Escupidos al mundo, 
tan rodeados, pero solos.
¿Qué nos separa? ¿Qué nos conecta?

“Estación terminal…todos deben bajar”



NOTA FANTASMA


El agua corría
Como corre también la sangre
Como corre también la niña perdida
Con los pies trenzados en la espina
Con los ojos abiertos 
Con las manos alzadas
Con el viento en la cara
Cansada
Con el suspiro en la ventana
Y el humo del cigarro ahogándole los sueños

El agua corría como corre también el llanto 
Cuando le abren la llave a la voz


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Luis Herrera (Talca, 1981). Escritor y lingüista. Ha publicado libros y artículos en las áreas de la educación, la literatura y la lingüística. Actualmente vive en Las Cruces. El título Antología primitiva fue publicado por la editorial Una temporada en Isla Negra. Link a todos los poemas.

JUAN SOTO POBLETE, EL OBRERO 


Dentro de lo mucho que se ha tomado la
constructora en abrir las anchas alamedas
por donde caminará el hombre libre para
construir una sociedad mejor, Juan Soto
Poblete se viste de fosforescencias amarillas
o naranjas, de acuerdo a la cantidad de
polvo que le entre por los pulmones.
La cantidad de polvo está supeditada al aire
El aire está supeditado al movimiento de
los árboles
para los antiguos el viento nace de las copas de los árboles
de las copas una a una se puede identificar
el hígado apolillado de Juan Soto.
Porque Juan Soto empina el codo, aunque
para él eso no significa un mal, salvo
cuando su hija lo mira a los ojos y sus ojos
inyectados en sangre en la mona imperecedera
de los domingos que ya no se consagran
a Dios, porque Dios ignora a quiénes
lo consagran.
Eso sí lo sabe Juan Soto Poblete, el obrero.
Cuando matraca el taladro en el concreto
obsoleto, se levanta un polvillo plomizo
que se arraiga huérfano en los alvéolos, y se
osmosita hacia la sangre y gracias al circuito
se aloja en el cerebro recreando hermosas
visiones de derrumbes y torres cayendo en
efecto dominó o en pisos cerrándose uno
sobre otro como un acordeón.
¿Cómo suenan los concretos pulverizados
en el cerebro?
¿Cómo crujen los huesos entre el piso 1 y 9
o entre el 7 y el 3?
¿Qué música se destripa en caída libre?
Juan Soto Poblete conoce las respuestas y
no escatima en palabras
salvo a la hora de la colación:
ahí, como a los perros rabiosos, mejor ni
acercarse


RECOGIENDO LOS TROZOS DEL JARRÓN


Recogiendo los trozos del jarrón
me encuentro tirado en el suelo.
Dicen que los japoneses pegan las roturas con oro
porque muestran la historia, la experiencia.
Deben ser mitos de google,
de gurúes afiebrados, pero el proceso se llama:
Kintsugi.
Las piezas están tiradas por la casa.
Algunas piezas ya no se encuentran más,
hechas polvo se esparcieron o volaron por la ventana.
Algunas partes ya no encajan
y cuando logro armar la estructura general
hay varios forados que dejan entrar la luz.
El jarrón original contenía agua, pienso,
este jarrón roto deja entrar la luz.


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Egor Mardones (Tomé, 1957)  Estudió Pedagogía en Español en la Universidad de Concepción, y también ha realizado estudios en las universidades Austral de Valdivia, Católica de Valparaíso y Del Valle, Cali, Colombia. Ha publicado los libros Taxi Driver, Miramar Hotel y Playback. Link a todos los poemas.

TAXI LIBRE

Sentado al volante del taxi 
emerjo de una espesa niebla
como aquellas que preceden las actuaciones
de los grupos de rock
y entro lentamente en escena
a las calles de la citi
a la página en blanco
a la radiante oscuridad de la sala de cine. 

De aquí en adelante ya todo es mundo:
esquinas violentas, música a todo volumen
t
ráfico endemoniado
y película corriendo a la velocidad de la noche.



TODOS SE HAN LARGADO A OTRA PARTE




Todos se han largado a otra parte
sólo quedaron aquí los condenados a vida:
putas, artistas, yonquis, replicantes, hackers,
veteranos de guerra, ciberpunks, muertos vivos
y otras faunas por el estilo descarriadas.


Todos se han largado lo más lejos posible desta citi
que nunca es tan lejos como lo sabe cualquiera
que alguna vez haya siquiera rozado los poemas de Cavafis.


Sólo yo sigo llevando en mi taxi a Partealguna
a pasajeros que en su perra vida han salido de Nada
que jamás se han movido o moverán ya para siempre  de Aquí


ARE YOU TALKING TO ME?


Are you Talking to Me?
Are you talking to me?
me dice disparándose violentamente por el espejo
el índice rojo de sangre en la sien izquierda
de la vida recién cortada al rape.

No sé, le digo
yo vengo llegando recién de otra galaxia:
viajar por el tiempo no causa más que penas
por eso aún no me acostumbro a estas carreras al fondo
de la noche
soy un alienígena todavía en esta lengua viva
en este mundo raro
UN EXTRA APENAS EN EL REPARTO DESTA
                                   /POBREPRODUCCION


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Ignacio Morales (Santiago, 1986) . El 2017 publicó el libro de poemas VOLVO con Libros Tadeys. Tradujo al Al oído (2019) de la poeta brasileña Alice Sant´Anna para la misma editorial y la antología París no tiene centro & otros poemas (2020)  de la poeta brasileña Marília Garcia para Chancacazo. Es profesor, ciclista y cree en el advenimiento del apocalipsis. Link a todos los poemas.


Huellas


         2
         el río Huiman habla a través del viento
y recuerdo una primavera un par de años atrás

acampando en el valle de los cóndores
mientras sacaba agua del río las vi
una serie de marcas hollando la arena
huellas de zorro en la orilla
crucé el río en el mismo lugar
y caminé repitiendo sin borrar
los leves pasos del zorro
hasta que el suelo cambió
de arena a piedras de diversos tamaños
sus pasos se hacían difíciles de leer
           en el terreno irregular de la montaña
           ese día conocí al zorro por su ausencia
hallar sus huellas nítidas sobre la arena

fue como escucharlo decir su nombre y espiarlo
volví al río cargado de gozo animal duplicado
al levantar la vista y ver
el encendido reflejo del sol en las nubes
y luego                 este reflejo arder sobre la nieve
rosado y azul       cruzado de líneas púrpuras
      (un corazón de zorro en el cielo)
volvemos a pasar por el puente
han pasado unas cuatro horas
bajo para hacer una foto de la escena
que es siempre la misma con estas aves sin lengua

alrededor del cuerpo en muda solemnidad
una rueda de vultúridos que come y contempla comer
ya casi no queda más que el pellejo vacío
uno de los jotes parado en la alambrada
       me observa                  reconozco las huellas
       la mirada metálica
y siento el impulso natural de abrirlo y derramar
sus vísceras repulsivas       humeantes sobre el pasto
para recuperar los ojos glaciares del zorro

                                      
                              CONRADO FUCHSLOCHER


        3
En discretos botones
se rasga la flor del agua
sus pétalos se disuelven
absorbidos por el bofe

Sueña el cielo encendido
rosadas astillas, el vuelo
de los flamencos altiplánicos
con la cabeza invertida
pacientes, las aves pescan
posadas en el ojo de agua 

El venerable pastorea en silencio
hexágonos de berilo torno al agua. 


SOY COMO LAS PIEDRAS QUE SACAS DEL AGUA



hundido en el río te veo 
rondar ante la orilla, pienso
soy como las piedras que sacas del agua
y te metes en la boca
para sentir sobre la lengua
la frialdad
de una superficie lisa y porosa al mismo tiempo
que se disuelve perceptiblemente
al transmitirle tu calor a través de la lengua
veo como la devuelves al río
fosforescente, químicamente modificada
diferente de todas las otras piedras en el lecho
separada de todas las cosas que la rodean
envuelta en tu saliva, tu saliva
el vehículo de tu código genético
una versión hipercodificada de ti misma
comprimida, mil veces doblada sobre sí
un origami hermético
que termina en tu ser encarnado

un mapa

instrucciones

un manual

para que la luz encuentre su camino
en el espacio vacante entre cada una de tus células

eres tú dos veces en el mundo
en la orilla atacas con versiones de ti el río
y bajo el agua, doblada, mil veces plegada sobre ti misma
(en el tiempo, en el espacio)

eres tú tres veces en el agua
tu forma compacta, una película de saliva alrededor de la piedra
y tu forma desplegada, sembrando versiones de ti en el curso del río:
tu reflejo sobre la piel del agua
soy esa piedra que sacas del agua
y te metes a la boca
para devolver tu saliva
al río incesante de mis ondas cerebrales


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Giselle Valenzuela Mujica.  Nací en Santiago de Chile, pero emigré a los 2 años con mi familia y estuve parte de mi vida de un lado a otro. Soy restauradora de arte y conservadora de patrimonio cultural. Empecé el poemario Herida de Santiago como una burla íntima a una ciudad con la que no me llevo bien, pero que me acompaña a donde vaya. Link a todos los poemas.

EL RUIDO


El ruido el ruido el ruido
las bocinas los frenazos el ruido
los gritos de las borrachas los mendigos locos
el ruido las pisadas de la vecina de arriba
el arrastre de los muebles la mala música
los rugidos de los machos sus motos
las peleas callejeras el ruido los petardos
las marchas los aceleradores pisados al máximo los desfiles
los bomberos las ambulancias los pacos
el ruido las puertas de las micros el ruido
los karaokes las teles las fiestas
las alarmas los aparatos electrónicos
los catres golpeando las paredes en la madrugada
los carburadores las turbinas los tubos de escape
las cajas de cambio sus problemas de enganche
los asaltos los insultos las parejas sonsacándose verdades
los pterodáctilos chillando en picada
la vibración de los vidrios los portazos
las radios de los autos un bombo idéntico en doppler
las cortinas metálicas el ruido las cargas y descargas el ruido
las javas de cocacola y pilsen
el camión de la basura los vendedores ambulantes
las banshees pronosticando la muerte
el latido en las sienes el zumbido tras los conciertos
el ruido la bulla el ajetreo el ruido los actos cívicos
los nazgûl en perfecta coreografía saliendo de La Moneda
el ruido sí el ruido el insoportable ruido

Pero la cordillera.


PICADAS


Comerse una hamburguesa colombiana
un viernes por la noche
a la salida del Club México

Pedir el pastel de jaiba de Don Nano
si es hora de almuerzo, cualquier día menos los lunes
o una paila marina si es invierno y de madrugada
en la marisquería Bahamondes del Mercado Central

Cantarle a Don Hugo dos camarón queso
nada más entrar a la Fuente Suiza
meterles un chorro de ají rojo
y zampárselas de pie en la barra del primer piso

Acompañar con una pilsen un chacarero del Torremolinos
almorzar unas pantrucas en La Parolaccia
unos callos a la madrileña en La Unión Chica
conversar un borgoña con Don Jorge
ahí, en la mesa que tiene la placa con su nombre
escucharlo hablar de Teófilo Cid
verlo regalar una servilleta a Carlos de Rokha
con su primera versión del poema de la manzana
salir abrazados a él
tambaleándonos
subirlo a uno de los tranvías que lo llevarán a Renaico
y caminar por Paseo Bulnes desierto
hasta que amanezca.

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