LA CASA RECOMIENDA

El Silencio: el Himno de dos Nuevos Hombres 

Por Juan Pablo Fuentes Villarroel

Ilustración de single a cargo de la artista visual Daniela Castillo
El Sistema de opresión Cisheteropatriarcal ha afectado con sus fauces devoradoras a la “Humanidad” durante siglos. Las primeras y eternas víctimas de esta dolorosa Historia (con H mayúscula de Hombre, de Humanidad) han sido principalmente las mujeres, afectando violentamente la libertad que ellas tienen sobre sus cuerpos, sus pensamientos, sus derechos, su voz. La historia con minúscula, de voces múltiples y disidentes de este orden, y que se han rebelado ante tal opresión, nos cuenta que en el siglo XX y XXI hemos sido testigos de cómo ellas han ido “conquistando” (más lento de lo que quisiera) algunos espacios en lo que corresponde a igualdades en un sistema social y político que siempre estuvo construido para el libre albedrío de los Hombres, de Lo Masculino.

Desde mi militancia: artística, de izquierda, cola, loka, kuir, afeminada, las disidencias sexuales venimos detrás de estos “territorios ganados” por nuestras compañeras, “compitiendo” por habitar lentamente (también más lento de lo que quisiera) espacios de reconocimiento político-cultural y de respeto ante eso “otro” que no encaja en la binaridad masculino-femenino. Qué pena más grande constatar que la retórica de nuestras luchas siempre tenga que estar en clave de estrategia militar, hablando de conquistar, competir, ganar o perder.
No es novedad que este mismo modelo Patriarcal exige igualmente una “forma de ser” de Lo Masculino, exigiendo del Hombre ser aquel varón sostenedor de la familia, de la casa, del colegio, del auto, gran penetrador de falos gigantes siempre eréctiles y por añadidura, un ser humano desconectado de sus emociones por ser conductas atribuibles a “lo femenino”, es decir, débiles, cuestionables y que derrumban la ficción de su poderío genital.

Pero ¿Y qué pasa con aquel pequeño grupo de hombres cisgénero, heterosexuales disidentes de este Mandato Patriarcal establecido? ¿Qué pasa con los excluidos de ese discurso de Deberes Seres Masculinos, heredados como un lastre Histórico sobre sus cerebros, sus hombros, sus genitales?

La canción El Silencio de los artistas Ismael Rivera y Pablo Polidoro, se configura como un Himno Épico de aquella masculinidad igualmente lacerada por el Mandato Patriarcal del “deber ser” de un Hombre con mayúscula. Hablamos de dos artistas – el primero chileno y el segundo argentino – cuyos modos de proceder vitales e ideológicos, no adscriben con la manera en la que se nos ha contado la Historia Oficial, también con mayúsculas, de lo que implica SER Hombre. Enfrentados a un contexto que constantemente exige de ellos responder a ciertos patrones, El Silencio vibra como una rebelión poética de una bella y singular hombría que, como dice la letra intentó tapar tanto este hombre que soy, que no refleja en nada el que querían, un varón.

Isma Rivera y Pablo Polidoro en el proceso de composición de El silencio (Buenos Aires, 2021)

(Ese niño que fui, inconscientemente nunca fue parte de ESE discurso. En mi adolescencia sufrí mucho, porque yo también, como canta Ismael: fui siendo niña abierto en ese vértice. Ahora agradezco tanto no pertenecer a ESA H mayúscula)

Me cuesta creer que en los tiempos de hoy: capitalistas, con una ultraderecha que se manifiesta en diversas geografías de nuestro país y planeta, las fauces del Patriarcado se estén extinguiendo. Es más, pienso que el neoliberalismo, como un Sistema que constantemente se reinventa hace que, en una especie de siniestro eterno retorno, estos discursos represivos vuelvan a aparecer una y otra vez y lamentablemente no perezcan nunca.

Sin embargo, Ismael y Pablo con su épica/poética de la canción El Silencio, abren las esperanzas a creer que realmente existe ese Hombre Nuevo; esa heterosexualidad renovada, sensible, avasallada y que ha sido víctima, citando a Lemebel, de aquella alita rota, por no ser los Hombres que el Mandato Masculino requiere para su preservación.

Queremos muchos más de estos Nuevos Hombres en todas partes de este mundo decadente. Quiero que artistas como Ismael y Pablo se conviertan alguna vez, en la institucionalidad de hombres con H mayúscula. Que El Silencio explote y se convierta entonces, en El Himno Épico de esta guerra que hay que ganar: aplastar el cisheteropatriarcado como modelo de opresión de todos los territorios de esta tierra.

Gracias por convertir la rabia existencial en poesía, en música. Ahora me siento menos rarx.

(Ahora abro una cerveza para celebrar su existencia y aprenderme la letra de su Himno. Y cantarlo a viva voz por la calle, con mis vestidos y mi alita rota)


Acerca del autor:
Juan Pablo Fuentes Villarroel (1982) Actor, Licenciado en Arte Teatral ARCIS de basta trayectoria, participando en más de 30 montajes teatrales. Su otra área de desempeño ha sido la docencia, siendo profesor de Teatro en Santiago, Valparaíso y Concepción. El año 2017 estudia en Madrid el Máster en Práctica Escénica y Cultura Visual, expandiendo su ejercicio artístico hacia el Arte de Acción y la Performance. En el año 2020 se traslada a Concepción, para desarrollar proyectos de escritura y aportar a descentralizar la Cultura y las Artes en Chile.

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