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MULTITUD: REVISTA DEL PUEBLO Y LA ALTA CULTURA

Por Daniel Rozas

“Su poesía era su militancia”.
 Lenin

Afirmaba el periodista Luis Sánchez Latorre, Filebo, en una columna antigua del diario Las Últimas Noticias que: “en nuestra mesurada opinión, donde hay un trabajo de fondo que exige la comparecencia de voluntariosos rokhianos es en las páginas de la revista Multitud. En esas páginas, Pablo de Rokha, con este nombre o con algún seudónimo, escribió ensayos notables tanto en el campo de la crítica como en el de la polémica. Reunir en un volumen tales ensayos daría lugar a un nuevo libro de lo mejor de la vena del autor de Arenga sobre el Arte.

Atendidas las plegarias de Filebo, lo que el lector tiene en sus manos es un libro que selecciona más de una decena de prosas (ensayos, editoriales, críticas, discursos y cartas) publicadas por Pablo de Rokha (Carlos Díaz de Loyola, Licantén, 1894) en su revista Multitud entre los años 1939 y 1963.

No estaría demás en advertirle al lector de que es poco probable que se encuentre en este volumen con el poeta lírico de sus obras más conocidas como la La Epopeya de las comidas y bebidas de Chile o Escritura de Raimundo Contreras sino que, por el contrario, descubra al ensayísta político, al francotirador situado en la línea de fuego del combate ideológico y la polémica iracunda.

Valga de ejemplo la respuesta que el licantenino daba en una entrevista al diario La Nación en 1939 al ser consultado con respecto a si el escritor debía interesarse en las luchas políticas:

“No solo lo pienso, sino que pienso que si no se interesa, es porque está enfermo, o porque no es un escritor, sino un badulaque fabricante de palabras. La política es la expresión social del sentido del hombre. El apolítico es un político reaccionario y desenchufado, que hace la política nefanda que consiste en no hacer política, política de tonto, política de neutro y de enemigo de la clase obrera. No interesarse por la política es declararse cadáver, declararse un pobrecito deprimido. Y al ubicarse políticamente, hay que ubicarse en las sagradas trincheras del pueblo, así, sin vacilaciones, sin subterfugios, sin tejemanejes, con acento rotundo”.

Hombre complejo, contradictorio, pero jamás de medias tintas, Pablo de Rokha, utilizó Multitud durante décadas como una tribuna combativa, callejera e incendiaria para dar curso a sus planteamientos políticos (el dolor de ser expulsado del Partido Comunista cruza todas éstas páginas), y estéticos: el arte lo entendía como instrumento de lucha y justicia social. Despreciaba la noción parnasiana de el arte por el arte.

Si bien De Rokha ya había publicado textos periodísticos en el diario La Opinión (1932-1938), y en revistas como Numen, Dínamo y Agonal, no fue hasta un día de 1938 cuando decidió hacerle caso al consejo de su amigo Guillermo Quiñonez: “Usted nunca va a obtener nada de nadie, si espera un puesto”.

Contaba la pintora Lukó de Rokha en sus memorias Retrato de mi Padre: “Cuando lo echaron de la universidad (era profesor de Estética e Historia del Arte en la Universidad de Chile), llegó a casa a la hora del almuerzo cargado de botellas de vino y una gran cantidad de alimentos exquisitos. Dijo: —Vamos a tener una celebración—. Una vez terminado el almuerzo, contó que lo habían sacado de la cátedra, y agregó: —Esto no significa nada. Ya he resuelto lo que voy a hacer: fundaré una revista que se llamará Multitud, y el primer número saldrá la próxima semana—. Así, sin dinero y con la colaboración de mi madre, comenzó una nueva etapa en nuestra vida que duraría muchos años.”

Fiel a su espíritu belicoso y autogestionado, Pablo de Rokha decide tomar el toro por los cuernos y crea en 1939: “MULTITUD, REVISTA DEL PUEBLO Y LA ALTA CULTURA”; publicación que adhiere políticamente al Frente Popular y a la candidatura de Pedro Aguirre Cerda.

En su primer número del 10 de enero de 1939, De Rokha titula su editorial Sentido y Designio de Multitud. Colaboran Blanca Luz Brum con su poema El Maíz une a todos los pueblos de América; Augusto D´Halmar con Nuestra España; Ricardo Latcham con Intelectuales y Flotadores; Carlos de Rokha con Oda Ciega; Fernando Alegría con País de Harlem; y Vicente Huidobro con Espectáculo Triste.

Todo el clan rokhiano participa en la revista. Pablo como director, gerente y escritor; Winétt (Luisa Anabalón Sanderson, su esposa) como secretaria de redacción —cargo que luego ocupará su hijo Pablo Díaz— y todos los niños de la familia De Rokha (Carlos, José, Pablo, Lukó, Juana Inés, Laura y Flor) se encargan de vender los ejemplares en las calles de Santiago.
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Portada de la Revista Multitud, n°83 (1953)

Multitud está lejos de ser una revista convencional. Diseñada con una tipografía de letras enormes de color rojo soviético —entroncada en la pantagruélica estética rokhiana— la publicación es un pastiche insólito: de raigambre literario cultural, en sus páginas puede uno encontrarse con una editorial política del director, después un poema de Vicente Huidobro, luego un aviso comercial sobre Ferrocarriles del Estado y quedar con la boca abierta tras leer la primera traducción al español de Una Estadía en el Infierno de Jean Arthur Rimbaud realizada por Braulio Arenas en 1939.

Escribió Joaquín Edwards Bello en el diario La Nación: “Cuando hablo de revistas no conecto la idea de tu arte enteramente foráneo y de guerra. Multitud no se define como revista en parte del mundo impreso. Llámalo cartel lirico; llámalo exaltación de la humanidad o índice de pueblos. Llama como quieras a tu cartapacio sangriento. Cada página de él se podría pegar en una muralla y recordaría la orden de una movilización general para la Gran Guerra, cuyo término será la revisión de todas las leyes. No te conceptúo como director de revistas, sino como capitán de consciencias”.


POLÍTICA, LITERATURA, CARTAS Y POLÉMICAS


La columna vertebral de este libro la componen tres ejes centrales: política, literatura, y las diversas cartas que envió a través de Multitud a diputados, presidentes, escritores y adversarios connotados como el famoso crítico literario Alone, alias del escritor Hernán Díaz Arrieta.

A nuestro juicio, la famosa carta dedicada a Alone constituye un hito central para entender al polemista que tuvo que luchar durante gran parte de su vida contra su peor enemigo: el silencio del ambiente literario chileno.

Recordemos lo que señalaba Alfonso Alcalde pocos días después del suicidio de Pablo de Rokha: “Para darle tiraje a la chimenea funda Multitud, otra de sus trincheras ideológicas. Revista temible con antologías de sarcasmos y novedades sobre la vida privada de quienes lo silencian. Aquí los disparos abren un forado mayor. No son muchos los que se salvan de pulverizados por tamaña muestra de vendaval de adjetivos hirientes. Pablo de Rokha sigue solo. Consideran que lo plagian y la gente que compra sus libros es la menos indicada. En una oportunidad el crítico Alone, tal vez su detractor más selecto, dijo: Acero de Invierno, ¡qué hermoso título! Y qué gran talento del autor. Pero me ha insultado y vejado. Mientras tenga influencia lucharé para que no le den el Premio Nacional de Literatura”.

Aislado, pero no vencido, Pablo de Rokha junto a su mujer consigue en 1943 que el Presidente Juan Antonio Ríos le extienda una invitación para iniciar una gira por el continente americano con motivo de la antología (junto a César Vallejo y Jorge Luis Borges) en la que lo incluyó H.R. Hays, célebre escritor, antropólogo y docente de la Universidad de Yale.

 En Estados Unidos el matrimonio dictó conferencias en las principales universidades del país, fueron recibidos por el Presidente Rossevelt, y leyeron poemas en el Salón de los Héroes de Washington.

Mario Ferrero, escritor, amigo y autor del ensayo, Pablo de Rokha, guerrillero de la poesía, lo narraba de la siguiente manera: “El viaje se generó en un ensayo publicado por el escritor norteamericano H.R.Hays, titulado: Doce poetas de Hispanoamérica y editado en las prensas de la Universidad de Yale. Chile figuraba representado en este ensayo por Huidobro, De Rokha y Neruda. Respecto a De Rokha, Hays emitía el siguiente juicio que no dejó de asombrar en los círculos intelectuales chilenos: —Pablo de Rokha es el centro de la tormenta de la poesía de América—. En tal forma transcendió este trabajo en los medios culturales y diplomáticos de nuestro país que don Juan Antonio Ríos, a la sazón, Presidente de la Republica, mandó a llamar a Pablo de Rokha y le propuso una misión secreta, de carácter cultural, que se desarrollaría a través de los distintos países de América”.

Multitud seguirá publicándose, y contó con la colaboración de autores nacionales como de Augusto D´Halmar, Juvencio Valle, Humberto Díaz Casanueva, Omar Cáceres, Ricardo Latcham, Jorge Millas, Fernando Alegría, Rosamel del Valle, Enrique Gómez Correa, Teófilo Cid, Eduardo Anguita, entre otros. Desde el extranjero colaboraron escritores como el poeta norteamericano William Carlos Williams y los españoles Ramón Gómez de la Serna y Juan Ramón Jiménez.

También fue el medio con que De Rokha publicó sus propios libros de poesía y ensayos, además de los textos de los otros integrantes del clan rokhiano. Ejemplo de lo primero es su famosa antología de 1942: Cuarenta y un Poeta Joven de Chile: 1910-1942, la cual cubre una lista de autores que se destacan por lo heterogéneo de sus temáticas.

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Portada de Cuarenta y un poetas jóvenes de Chile (Multitud, 1943)

La extensa gira que realizó Pablo de Rokha junto a su esposa, abarcará una veintena de países, y terminará abruptamente en Argentina cuando el Presidente de Chile, Gabriel González Videla, proscribe al Partido Comunista y el poeta, fiel a sus principios, renuncia a su misión.

De vuelta en Chile le espera lo peor: la prematura muerte de cáncer de Winétt (1951) lo sume en el desconsuelo más feroz. Dolido en su fuero interno, ninguneado políticamente por sus enemigos eternos, y perseguido por el hambre y las penurias económicas, se ve obligado a iniciar el periplo final de sus años recorriendo Chile entero, vendiendo sus libros por los parajes más diversos.

Jorge Teillier recordaba aquella época de vida trashumante de Pablo de Rokha en sus Conversaciones con Carlos Olivárez:

—De Rokha es un milagro chileno.

—¿Qué cosa?

—Que haya vivido vendiendo sus libros.

—Además de escribir sus libros, era como un juglar.

—Los escribía, los editaba, los publicaba, los cuidaba, corregía las pruebas y tenía que recorrer todo el país vendiéndolos.

Son los últimos años de Multitud, y su tarea política se consagra fundamentalmente al apoyo político a la candidatura presidencial de Salvador Allende y del FRAP (El Frente de Acción Popular); y a rescatar del olvido la obra de Winétt de Rokha.

Ya en 1963 —viejo, enfermo y solo— decide cerrar definitivamente la revista, y se consagra a seguir pariendo libros hermosos como Estilo de Masas y Mundo a Mundo a través de la Editorial Multitud.

El viernes 24 de septiembre de 1965 llega el Premio Nacional de Literatura pero ya es muy tarde. La tragedia se ha ensañado con el clan rokhiano (su hijo menor, Pablo Díaz, se mató cuatro meses antes con un tiro en la boca) y Pablo de Rokha, un 10 de septiembre de 1968, decide ponerle punto final a su historia con el coraje suicida del que sabe que ha quemado todas sus naves en la apuesta total.

“Aquí yace “Juan el Carpintero”; vivió setenta y tres años sobre la tierra, pobremente, vio grandes a sus nietos menores y amó, amó, amó su oficio con la honorabilidad del hombre decente, odió al capitalista imbécil y al peón canalla, vil o utilitario;—juzgaba a los demás según el espíritu—". Epitafio en la tumba de Juan, el carpintero.

Cuando lo velaron en la Universidad de Chile su amigo y camarada Salvador Allende, quién cargó su ataúd, exclamó: “¡Valor Lukó! Tu padre es demasiado grande para morir. El estará vivo para siempre”.

A casi cincuenta del último número publicado por Multitud (1963), esperamos que este trabajo satisfaga las expectativas planteadas por Filebo hace décadas, mostrando la faceta menos conocida de Pablo de Rokha, la prosa política, y que sirva de acicate para que las nuevas generaciones de lectores conozcan su obra, ratificando lo que el autor de Los Gemidos le decía a familiares y amigos: ¡Yo no escribo para hoy, escribo para el siglo 21 y más adelante!

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NOTA: El texto Multitud: revista del pueblo y la alta cultura es parte del libro Pablo de Rokha y la revista Multitud (Das Kapital, 2014) del escritor y periodista Daniel Rozas, a quien agradecemos permitir difundirlo en esta publicación que conmemora un nuevo aniversario de muerte de Pablo de Rokha.
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