Charquicán: plato mapuche que se preparaba con charqui de guanaco antes que se iniciara la ganadería en Chile. Actualmente se prefiere la carne fresca de vacuno, dado que el charqui tiene un sabor muy penetrante. Curiosamente, el Larousse Gastronomique lo presenta como el plato nacional chileno, siendo esta distinción otorgada habitualmente a la cazuela y a la empanada.
Fuente: Secretos de la cocina chilena, Roberto Marín Vivado
3.- ¿Con que escritor jamás te reunirías a disfrutar de un trago? ¿Por qué?
Cualquiera de esos escritores (principalmente, hombres) que se suben a un cajón de tomates antes de hablar y desde esa altura, pontifican.
4.- ¿Comer para vivir o vivir para comer?
Vivo en esa oscilación. En invierno suelo comer por inercia, sin apetito real; en cambio, en verano, no sé qué sucede con mis papilas gustativas, pero todo se vuelve vivir para comer. Tengo además un serio problema de adicción al ají verde y se lo echo a todo: puré, pizzas, humitas, ensaladas.
5.- De cocinar, ¿cuál sería tu plato más celebrado?
En general, no soy la que cocina en casa, mi pareja e hijo mayor son tremendos cocineros, yo soy la encargada de las guarniciones, que se me dan con bastante facilidad, mis especialidades: salsa de tomate (con tomates limachinos, no esos de plástico del super), salsa de cilantro con ají verde que combina con todo y hummus, aunque el original es de garbanzos, el de lentejas (con ají verde, je) queda de chuparse los dedos.
6.- De tener una, ¿cuál es tu canción perfecta para cocinar?
¡Chupalla!, las canciones varían según el humor del día. Pero, en general, me gusta mucho el soul, es buen compañero para crear. También la Nina Simone, Janis Joplin, Charles Bradley, Leonard Cohen y, a veces, cuando quiero celebrar comiendo (en el contexto de un almuerzo sin distanciamiento social, sino todo lo contrario), Le Gorille de Georges Brassens.
7.- A decir de Marguerite Yourcenar en ambos ejercicios se cultiva la mano, ¿en qué se parece escribir a cocinar?
En ambos casos se trata de digerir, lo cual requiere tiempo y paciencia, harta paciencia. Cocinar apurada es fatal, en cambio, cuando comienzas picando cebolla, pequeñita, pequeñita, friéndola con un poco de ajo, pimienta, sal y vas agregando los ingredientes sin apurar la olla, es raro que quede mal. Lo mismo con la escritura, no puedes escribir sobre cosas que no has procesado, picado, sazonado, se trata de digerir muchísimo.
El restaurant Rucalaf no tiene un estilo de cocina definido, al igual que su decoración, se ha ido renovonando con el tiempo. Desde su origen obrero y campesino, siempre ha servido platos tradicionales, hechos con alimentos frescos y saludables.
Dirección
Kilómetro 3,6 de la ruta a Rilán (W-55), cerca de la ciudad de Castro, Chiloé.
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Sara Bertrand. Estudió Historia y Periodismo en la Universidad Católica de Chile. Combina su labor de escritora con la docencia, es tallerista en Laboratorio Emilia. En 2017 ganó el New Horizons Bologna Ragazzi Award con La mujer de la guarda (Babel, 2016) y fue incluida en White Ravens con No se lo coma (Hueders, 2016). Su última novela Afuera fue publicada por Emecé (2019).
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